La evaluación del riesgo de violencia o elaboración de un perfil de riesgo de violencia, es un trabajo que cada vez se nos demanda más a los Psicólogos Forenses. En este ámbito, y siguiendo a Ismael Loinaz (profesor e investigador en la Universidad de Barcelona), por violencia se entiende «un daño físico real, intentado o amenazado, que es deliberado y no consentido» y no sólo se considera a la conducta en sí, sino también la intencionalidad y las consecuencias de la misma.
Para elaborar un informe pericial psicológico de estas características, existen en el mercado numerosas herramientas, algunas recientemente publicadas, con las que el perito psicólogo puede evaluar desde el riesgo de violencia contra la pareja, violencia general, violencia sexual, crímenes de honor, acoso laboral y general, etc., desde un marco más preventivo que intervencionista y desde una óptica multidisciplinar en la que se realiza un recorrido de la historia de vida de la persona.
Algunas de estas herramientas han sido validadas en población masculina por no disponer los investigadores de datos suficientes de población femenina, pero otras sí comprenden a ambos grupos. La población de aplicación de estas pruebas también varía, desde personas que se encuentran en prisión y para las que hay que evaluar periódicamente el riesgo de reincidencia, a otras con trastorno mental o bien población general.
El conocimiento y experiencia en el manejo de las técnicas por el Psicólogo Forense que las aplica es fundamental, y ofrece mayor garantía de resultados en la elaboración de un informe pericial psicológico bien argumentado y exigente.