A diario nos vemos sometidos a ruídos ambientales que afectan a nuestra salud, a veces sin ser conscientes de ellos como ocurre con el tráfico, y en otras ocasiones es tan clara la intensidad y tan duradera la exposición (obra cercana al domicilio, maquinaria defectuosa y que opera a diario en la inmediaciones de la vivienda, ruídos de locales nocturnos, etc) que puede afectar de forma significativa a nuestro bienestar.
La relación entre nivel de ruído y salud mental, ha sido analizada por diferentes autores tanto a través de estudios de campo como de laboratorio. La Guía OSMAN hace referencia a la Guidelines de la OMS, y especifica los efectos y umbrales para los que existe evidencia suficiente y limitada en diferentes parámetros. Para la alteración de la calidad del sueño (dificultad para conciliar el sueño o fragmentación del mismo), se sitúa en 42 Db el umbral (evidencia suficiente) a partir del que comienza a afectar a: despertares nocturnos, incremento de la movilidad media durante el sueño o molestias durante el mismo. Para los desórdenes psíquicos, se establece en 60 Db el límite de riesgo.
Pese a los datos obtenidos por los diferentes estudios, es importante que se consideren las diferentes variables que pueden influir en la incidencia del ruído en el estado de salud de una persona, variables tanto relacionadas con la frecuencia-curso-intensidad del ruido (afecta de diferente manera un ruído intermitente que uno contínuo, por ejemplo), como variables relacionadas con el propio umbral de la persona. Esta relación se establece analizando el nivel objetivo de decibelios, considerando a su vez otros factores de estrés presentes en los afectados, como pueden ser niveles de ansiedad elevados previos a la exposición al ruído, determinados rasgos de personalidad, mayor vulnerabilidad por encontrarse en un momento de dificultad personal, padecer una enfermedad física importante, etc…
En el estudio de la repercusión del ruído en la salud, el trabajo del perito psicólogo consistirá en analizar todos los factores que han podido influir en la situación que se perita, para confirmar o refutar la hipótesis de partida y determinar, en su caso, el alcance del daño producido.